Actitud
¿Cuántas veces escuchamos la frase "faltó actitud" o "lo ganó por actitud" para explicar una derrota o una victoria en esto que tanto nos gusta y se llama fútbol? Ahora, ¿sabemos que significa el concepto "actitud"? Seguramente si, la actitud se siente, pero si lo tuviéramos que explicar, seguramente cada uno tendría su propia definición, veamos que dicen los libros y cómo podemos utilizar esos conceptos para relacionarlos con nuestra realidad deportiva.
"Una actitud es una forma de respuesta, a alguien o a algo, aprendida y relativamente permanente."
Seguramente les habrá llamado la atención la palabra "aprendida" ya que es común escuchar que la actitud es parte de nuestra esencia y que se manifiesta en todo lo que hacemos, ahora, en algún momento detectamos que ese era el camino conductual y lo adoptamos, tanto de nuestro grupo social como en base a nuestras experiencias personales. Ir a trabar con la cabeza seguramente no es algo que hayamos inventado y que seguramente lo vimos primero en otras personas como Martín Palermo, Pablito Michelini o la "Tota" Fabbri, además, técnicamente no es lo mas adecuado ni efectivo, pero demuestra lo que estamos dispuestos a dejar por el bien del equipo, refleja nuestra actitud.
También nos llamará la atención, el concepto de "permanente" ya que nos indica que, una vez aprendida esa forma de respuesta la adoptaremos siempre que se nos presente una situación similar. Antes que nada asumimos un grado de convencimiento tal que nos ayuda a repetir el comportamiento en base a la satisfacción conseguida, la frase "dejamos todo" habla a las claras de la tranquilidad de nuestra conciencia.
Las actitudes son aprendidas. En consecuencia pueden ser diferenciadas de los motivos biosociales como el hambre, la sed y el sexo, que no son aprendidas. Las actitudes tienden a permanecer bastantes estables con el tiempo. Estas son dirigidas siempre hacia un objeto o idea particular.
Las actitudes no son eternas, podemos cambiar de actitud, pero esto sugiere un cambio en la base de nuestro pensamiento y no en lo primero que se nos viene a la cabeza, ya sea "en el segundo tiempo cambiamos la actitud y lo ganamos". No confundamos, en ese momento existía una sola actitud que en el primer tiempo seguramente faltó y que en el complemento adoptamos, o, mejor dicho, "pusimos" en juego para afrontar el compromiso. Entonces, nuestra frase sería "en el segundo tiempo pusimos la actitud que nos faltó en el primero", quizás parezca una sutileza, pero como la actitud es aprendida y uno la adopta de los grupos de pertenencia, el mensaje de los conductores tiene que ser claro y unidireccional, ellos son los que deben definir la actitud con la que se debe afrontar un compromiso además de transmitirla una y otra vez.
El término "actitud" ha sido definido como "reacción afectiva positiva o negativa hacia un objeto o proposición abstracto o concreto denotado".
Un gol en contra (objeto concreto denotado) seguramente producirá que agachemos la cabeza, aunque sea un segundo, la frustración (objeto abstracto) se siente a pesar de que existen muchas posibilidades de contar con la capacidad actitudinal de darlo vuelta. Un gol a favor nos hará gritar, nos sacará una sonrisa o nos dará tranquilidad, pero difícilmente nos haga sentir mal, nuestra reacción será positiva.
Las actitudes raras veces son asunto individual; generalmente son tomadas de grupos a los que debemos nuestra mayor simpatía.
La actitud se contagia, no tengan dudas de ello.
Las actitudes se componen de 3 elementos: lo que piensa (componente cognitivo), lo que siente (componente emocional) y su tendencia a manifestar los pensamientos y emociones (componente conductual).
Las emociones están relacionadas con las actitudes de una persona frente a determinada situación, cosa o persona. Entendemos por actitud una tendencia, disposición o inclinación para actuar en determinada manera. Ahora bien, en la actitud (preámbulo para ejercer una conducta), podemos encontrar varios elementos, entre los que descollarán los pensamientos y las emociones. Por ejemplo, en el entrenamiento de un equipo de fútbol, si la actitud es favorable, encontraremos pensamientos positivos referentes a las tareas desarrolladas; así como, emociones de simpatía y agrado por esos trabajos. Las emociones son así ingredientes normales en las actitudes.
Todos tenemos determinadas "actitudes" ante los objetos que conocemos, y formamos actitudes nuevas ante los objetos que para nosotros son también nuevos. Jugar una final, muchas veces es algo nuevo para muchos y su actitud será adoptada en el transcurso del juego, porque por mas que se trate de contagiar la actitud en la semana, ese contagio solo podrá hacerse en la cancha. Porque para el novato, el sistema actitudinal referido al nuevo evento será activado con el pitazo inicial, es trabajo de los referentes de un plantel predicar con el ejemplo. Boca es un ejemplo de ello, los jugadores más jóvenes parecen ser herederos de una mística transmitida por los mas grandes, pero nunca nos olvidemos que el juicio es en los 90 minutos, porque ahí es donde se puede percibir la actitud, ya que es en ese lugar donde la aprenden y desarrollan.
Una vez formada, es muy difícil que se modifique una actitud, ello depende en gran medida del hecho de que muchas creencias, convicciones y juicios se remiten a la familia de origen. En efecto, las actitudes pueden haberse formado desde los primeros años de vida y haberse reforzado después. Otras actitudes se aprenden de la sociedad, como es el caso de la actitud negativa ante el robo y el homicidio; por último otros dependen directamente del individuo. Un tipo "ganador" no nace, se hace, un plantel ganador no nace, se forma. Diferentes conceptos pero la misma idea, la actitud es mucho mas que "poner huevos", habla de nosotros, de lo que queremos ser y de cuanto nos importa el compañero de al lado.
Pese a todo, hay veces que las actitudes pueden modificarse, lo cual obedece a diversos motivos. Por ejemplo, una persona puede cambiar de grupo social y asimilar las actitudes de éste.
Hay muchos jugadores que han brillado en un club y luego han decepcionado en otro, seguramente el tenga un porcentaje de culpa y haya factores que lo condicionen, pero la actitud con la cual afrontó la situación quizás no haya sido la correcta o, simplemente le hayan contagiado una actitud ineficaz. Gracián es un ejemplo, conductor del último Vélez campeón, figura y referente. Al llegar a Boca declara "es muy difícil jugar en Boca, la gente quiere ganar todo, encima hay jugadores con mucha experiencia, espero poder rendir" Si bien podemos identificar la frase con el famoso "cassette" es evidente la actitud para con el nuevo desafío, sería poco probable que el "Tano" pueda desplegar sus mejores armas si duda sobre las posibilidades de lograrlo, Riquelme no es un jugador de 8 puntos por partido, intercala partidos en que se lo ve estático con otros en los que brilla, pero la gente tiene actitud positiva hacia el, por ende, tendrán pensamientos favorables a su conducta, en cambio, a Gracián se le exigirá mucho más que a Román, por el simple hecho de que el objeto de adoración está siendo reemplazado. Si el no tiene una actitud ganadora hacia el desafío que pueda ser percibida por la gente, será difícil que pueda cumplir con creces el rol de sustituto.
"Lo que en mayor grado puede cambiar una actitud es la información que se tiene acerca del objeto."
Si la historia marca que con línea de cuatro te hacen menos goles, al cambiar de sistema a línea de tres, es muy probable que la actitud adoptada por los defensores sea negativa, ya que necesitan experimentar, con resultados similares a la línea de 4, la ventajas de cambiar de sistema.
Existen diferentes teorías sobre la actitud. Según la teoría del aprendizaje, aprendemos actitudes del mismo modo en que aprendemos todo lo demás.
"Al aprender la información nueva, aprendemos los sentimientos, los pensamientos y las acciones que están en relación con ella. En la medida en que seamos recompensados (reforzados) por ellas, el aprendizaje perdurará."
Ganar es una recompensa, pero puede tardar en llegar, por eso es fundamental indicar cuando se está yendo por el buen camino, el objetivo debe estar presente, se debe percibir para que pueda ser obtenido.
Estas teorías del aprendizaje conciben a las personas como seres primariamente pasivos, cuyo aprendizaje depende del número y de la fuerza de los elementos positivos y negativos previamente aprendidos. Todos tenemos virtudes y vicios adoptados, está en quienes guían detectarlos para lograr un cambio, siempre y cuando se tengan fundamentos que hagan llevar a la incoherencia manifiesta, ya que esta disonancia cognitiva será motivo de predisposición al cambio de actitud.
"Según las teorías de la consistencia cognitiva, la incoherencia entre dos estados de conciencia hace que las personas se sientan incómodas. En consecuencia, cambian o bien sus pensamientos o bien sus acciones con tal de ser coherentes."
La incoherencia también es percibida, los conductores deben ser coherentes, tanto aquellos que son referentes en un equipo como el cuerpo técnico, sea lo que sea, si se promete algo hay que cumplirlo, sino estaremos cultivando y contagiando la actitud negativa al trabajo. Esto sucede por más que el cambio sea para mejor, si uno cuenta con dicha posibilidad (cambiar sobre la marcha) debe transmitirla, porque los jugadores responden según lo que se le pide y lo que desean realizar. Si no contemplan la posibilidad de cambiar (porque no se les transmite) su actitud a dicho cambio será negativa.
Según la teoría de la disonancia cognitiva, que siempre que tenemos dos ideas, actitudes u opiniones que se contradicen, estamos en un estado de disonancia cognitiva o desacuerdo. Esto hace que nos sintamos incómodos psicológicamente y por eso hemos de hacer algo para disminuir esta disonancia.
Jugar en muchos puestos puede producir esta disonancia, jugar mal en aquellos en los que no sentimos incómodos puede ser una manifestación de la conducta que nos genera nuestra actitud. El jugador polifuncional puede rendir en varios puestos, pero si se dedica a uno, quizás pueda perfeccionarse y deslumbrar.
Otras situaciones que pueden producir disonancia cognitiva son aquellas en las que hacemos algo contrario a nuestras creencias más firmes sobre lo que es correcto y apropiado, cuando sostenemos una opinión que parece desafiar las reglas de la lógica, cuando ocurre algo que contradice nuestra experiencia pasada o cuando hacemos algo que no va con nuestra idea sobre quiénes somos y para qué estamos.
De acuerdo con el análisis atributivo de la formación y cambio de actitudes. Las personas contemplan sus comportamientos y atribuyen lo que sientes a lo que hacen.
"Se juega como se vive", sostienen algunos. mi opinión radica en que el juego es parte de nuestras vidas.
Una serie de factores determinan la efectividad de la comunicación persuasiva para cambiar actitudes. Se incluyen la fuente del mensaje, el modo de expresarlo y las características de la audiencia.
Está claro que conducir a un grupo no es fácil, es más, el éxito no siempre va acompañado del conocimiento de todo lo expuesto, pero, aunque lo desconozcamos, existe y debemos repensar nuestro comportamiento todos los días, para detectar los rasgos actitudinales, para con nosotros y para con el grupo, que en definitiva, es lo que siempre está por encima de todo.
Cone(9)
Bibliografía:
"Psicología" de Diane Papalia y McGrawhill
"Psicología" de Whitaker, James O.
"Una Psicología de hoy"
Enrique Cerda y Herder Edir
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